Joaquín López Dóriga, un ejemplo de los periodistas peseteros
Por Emiliano Crespo
Archivado en: México, Política
Septiembre 11, 2007
¿Cuál será el salario de López Dóriga en Televisa? No tengo la menor idea. Porque el cuarto poder, ese poder fáctico de los medios, no tiene la obligación de rendir cuentas a nadie. La televisión es un mastodonte sin pies ni cabeza, que mata la inteligencia y se dedica a defender los intereses más oscuros, los suyos propios.
¿Quién hizo de López Dóriga un líder de opinión? Una sola persona, el señor Azcarraga, y lo tiene ahí para defenderlo. Joaquín López Dóriga no es un periodista, nunca lo ha demostrado, es un empleadito del dinero, un esclavo bien pagado, un hombre capaz de entregar su ética y su inteligencia por unos cuantos pesos.
Hoy el señor Azcarraga está furioso porque le van a quitar el dinero de las campañas con la nueva reforma electoral. Y alude por medio de sus esbirros que el problema es que se va a limitar la libertad de expresión. ¿Libertad de expresión? ¿Desde cuándo existe en Televisa libertad de expresión? ¿Desde cuándo se le puede llamar libertad de expresión a anuncios de millones de pesos pagados por anónimos empresarios para desprestigiar a un candidato y decir que es un peligro para México? ¿Yo, un ciudadano cualquiera, tengo ese derecho? ¿Puedo pagar 500 mil pesos por un anuncio de 20 segundos para decir lo que pienso? La libertad de expresión no es algo que se compra, es un derecho, y por décadas Televisa a callado todas las voces, que son muchas, que no van de acuerdo a sus intereses.
La única “libertad de expresión” que Televisa defiende es la de sus esbirros, sus empleaditos peseteros. Lo único que defiende Televisa en toda su programación es la estupidez.
Hoy México parece que está más cerca que nunca de construir un marco legal que limite el poder de las dos televisoras. El congreso tiene la enorme responsabilidad de legislar no sólo en materia electoral, también reescribir la famosa ley televisa y hacerla, de acuerdo a los principios que marco la Suprema Corte en su sentencia, una ley de medios de comunicación moderna y justa. Hoy queda nuestra esperanza en manos de nuestros senadores y diputados, ojalá no se dejen corromper por las televisoras. Mucho criticaremos a nuestros congresistas, pero ellos, a diferencia de los López Dóriga, están ahí por mandato de la gente.
Fuente : Zurda Siniestra