Avalan comisiones del Senado tres dictámenes energéticos
Los paquetes tuvieron los votos a favor de PAN y PRI, mientras que el sol azteca no sufragará hasta que se discutan de forma integral los siete dictámenes.
La Jornada On Line
Publicado: 14/10/2008 18:07
México, DF. Las comisiones de Energía y de Estudios Legislativos del Senado aprobaron en lo general tres de siete dictámenes que conforman el proyecto de reforma energética.
El primero prevé la creación de una comisión para promover el uso eficiente de la energía, un punto sobre el que no hubo mayores discrepancias.
Otro dictamen considera la creación de otra comisión para supervisar la explotación y exploración de hidrocarburos.
El tercero propone dotar de mayores facultades a la Secretaría de Energía para la planeación de la política del sector.
Los tres primeros dictámenes de la reforma pasaron en comisiones y con los votos de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI). El senador Pablo Gómez anunció que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no sufragará hasta que se discutan de manera integral los siete dictámenes.
El dictamen más polémico del proyecto es el que prevé reformar la ley orgánica de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) para permitirle ofrecer contratos con incentivos a firmas privadas para exploración, una herramienta clave para elevar la producción de crudo.
Los restantes cuatro dictámenes de la reforma, incluido el de contratos, que ha sido rechazado por un sector de la izquierda, que lo ve como un intento por privatizar a Pemex, podrían ser votados en comisiones entre el jueves y el viernes.
El ala más radical del PRD, liderada por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado protestas callejeras en rechazo a la reforma, que impulsa el presidente conservador Felipe Calderón.
El proyecto de reforma energética busca revertir el declive en la producción de crudo, pero ha generado polémica en torno a cuánta participación debe darse al sector privado en la industria petrolera.
Esta industria, nacionalizada en 1938, es un símbolo de soberanía nacional en México y la principal fuente de ingresos del país, uno de los mayores proveedores de Estados Unidos.
Apoyo del PRI
Calderón tiene una mayoría relativa en el Congreso y espera el apoyo del opositor PRI, que en el pasado votó a favor de reformas oficialistas.
Los senadores han rechazado los llamados contratos de riesgo, con los que Pemex tendría que compartir las ganancias por la producción de crudo con las empresas.
En otro tema controvertido, los senadores de oposición -que tienen más asientos en las dos comisiones- rechazan una propuesta de Calderón sobre refinación, lo que permitiría a empresas privadas ser propietarias de plantas procesadoras.
Pero también se desbarató un acuerdo preliminar de la oposición para crear empresas filiales de Pemex, que serían las encargadas de construir las plantas refinadoras.
Al concluir las votaciones en comisiones del Senado, la reforma energética pasará al pleno de la Cámara Alta y después a la Cámara de Diputados.
Fuente : La Jornada
Los paquetes tuvieron los votos a favor de PAN y PRI, mientras que el sol azteca no sufragará hasta que se discutan de forma integral los siete dictámenes.
La Jornada On Line
Publicado: 14/10/2008 18:07
México, DF. Las comisiones de Energía y de Estudios Legislativos del Senado aprobaron en lo general tres de siete dictámenes que conforman el proyecto de reforma energética.
El primero prevé la creación de una comisión para promover el uso eficiente de la energía, un punto sobre el que no hubo mayores discrepancias.
Otro dictamen considera la creación de otra comisión para supervisar la explotación y exploración de hidrocarburos.
El tercero propone dotar de mayores facultades a la Secretaría de Energía para la planeación de la política del sector.
Los tres primeros dictámenes de la reforma pasaron en comisiones y con los votos de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI). El senador Pablo Gómez anunció que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no sufragará hasta que se discutan de manera integral los siete dictámenes.
El dictamen más polémico del proyecto es el que prevé reformar la ley orgánica de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) para permitirle ofrecer contratos con incentivos a firmas privadas para exploración, una herramienta clave para elevar la producción de crudo.
Los restantes cuatro dictámenes de la reforma, incluido el de contratos, que ha sido rechazado por un sector de la izquierda, que lo ve como un intento por privatizar a Pemex, podrían ser votados en comisiones entre el jueves y el viernes.
El ala más radical del PRD, liderada por el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado protestas callejeras en rechazo a la reforma, que impulsa el presidente conservador Felipe Calderón.
El proyecto de reforma energética busca revertir el declive en la producción de crudo, pero ha generado polémica en torno a cuánta participación debe darse al sector privado en la industria petrolera.
Esta industria, nacionalizada en 1938, es un símbolo de soberanía nacional en México y la principal fuente de ingresos del país, uno de los mayores proveedores de Estados Unidos.
Apoyo del PRI
Calderón tiene una mayoría relativa en el Congreso y espera el apoyo del opositor PRI, que en el pasado votó a favor de reformas oficialistas.
Los senadores han rechazado los llamados contratos de riesgo, con los que Pemex tendría que compartir las ganancias por la producción de crudo con las empresas.
En otro tema controvertido, los senadores de oposición -que tienen más asientos en las dos comisiones- rechazan una propuesta de Calderón sobre refinación, lo que permitiría a empresas privadas ser propietarias de plantas procesadoras.
Pero también se desbarató un acuerdo preliminar de la oposición para crear empresas filiales de Pemex, que serían las encargadas de construir las plantas refinadoras.
Al concluir las votaciones en comisiones del Senado, la reforma energética pasará al pleno de la Cámara Alta y después a la Cámara de Diputados.
Fuente : La Jornada