Crisis de influenza en México : ¿dónde está Calderón?
Catherine Bemer/Reuters
Ciudad de México. 29 de abril de 2009
Los ojos del mundo están puestos en México y en un brote de mortal influenza porcina, pero (...) Felipe Calderón se ha mostrado apenas en público desde que la crisis estalló hace cinco días.
Colaboradores dicen que Calderón, un duro y mesurado conservador, está trabajando mucho detrás de los reflectores para tratar de controlar la epidemia que expertos globales temen pueda convertirse en una pandemia mortal.
El mandatario ha dejado al poco conocido secretario de Salud encarar los cuestionamientos mundiales sobre un virus que habría causado la muerte de hasta 159 personas en México y un niño en Estados Unidos, e infectado a docenas en el mundo.
Calderón, cuya oficina dice que él ha estado ocupado con actividades privadas en los últimos días, no ha sido visto en público desde el sábado, cuando dijo en un hospital en el sureño estado de Oaxaca que la influenza es curable y que México cuenta con las medicinas antivirales suficientes para tratar a los infectados.
El presidente mexicano no se ha dirigido directamente a la nación en televisión o aparecido en medios internacionales para hablar acerca de la crisis. El diario El Universal publicó una caricatura el miércoles titulada "¿Dónde está el capitán?" en la que muestra un barco hundiéndose.
"Esto se ve muy desordenado. Lo que está faltando es una muy fuerte figura de liderazgo", dijo el economista Rogelio Ramírez de la O, un consejero del ex candidato a la presidencia de la izquierda, derrotado por Calderón por un pequeño margen en las elecciones presidenciales de 2006.
Existen crecientes preocupaciones acerca de si las autoridades de salud de México han actuado con suficiente rapidez para identificar el virus de la influenza, tratar con la enfermedad, determinar sus orígenes y reunir información crucial sobre cómo se ha esparcido.
La imagen internacional de México, ya lastimada por la fuerte violencia relacionada con el narcotráfico, ha recibido un golpe y Calderón no ha salido a defender al país mientras gobiernos alrededor del mundo lanzan advertencias de no realizar viajes estrictamente esenciales al país.
Residentes en la Ciudad de México, que han tenido que modificar su ritmo normal de vida, buscan alguna guía de su Gobierno.
"Me siento deprimida. No entiendo de dónde viene el virus, del aire o de persona a persona, no sé cuanto va a durar eso y como podría aguantar la economía a una cosa tan fuerte", dijo una acongojada anciana llamada Licha, sentada en una banca de un parque y que portaba una mascarilla.
"Calderón está focalizado en el aspecto hacia adentro. Yo creo que está bien, pero me da miedo que los extranjeros ya simplemente no van a venir aquí. Nuestra imagen ya estaba mal, ahora está de la fregada (más deteriorada)", dijo su hija Nelly, quien prefirió no dar su apellido.
El lider está ausente
La crisis por la influenza representa un nuevo desafío para Calderón, que ya estaba de lleno tratando de combatir una violenta guerra contra el narcotráfico y enfrentando una desaceleración económica.
Calderón, un astuto abogado, ha logrado niveles de popularidad superiores al 60 por ciento desde que asumió a fines de 2006.
Pero sus opositores están intrigados porque Calderón no se ha mostrado activamente involucrado en el caso ni ha aparecido al lado de su ministro de Salud.
"Podemos tener el mejor talento mexicano por todos lados, pero si el líder está ausente no hay nadie para guiarlo, y hasta el mejor talento tiene que ser guiado", dijo Ramírez de la O.
Los mexicanos ponen mucha atención a las respuestas de sus líderes en grandes crisis. El terrible manejo de un terremoto en 1985 que dejó unos 10,000 muertos en la Ciudad de México es considerado ampliamente como el comienzo del fin de siete décadas de gobiernos ininterrumpidos del PRI, un partido que cayó cuando el sector de Calderón subió al poder en el 2000.
Antes del brote de influenza, se esperaba que Calderón perdiera algunas bancas en las elecciones legislativas de julio y su manejo de la crisis podría ayudar o echar tierra a su término presidencial.
Encuestadores dicen que los mexicanos tienden a formarse detrás de su presidente (sic) en una crisis, pero eso podría volvérsele en contra a Calderón si no hace las cosas bien.
Con la vida en la capital virtualmente en suspenso y la industria turística mexicana sufriendo una catarata de cancelaciones, el silencio de Calderón no ayuda mucho.
"No están haciendo un muy buen trabajo de comunicación al mundo", dijo un estadounidense que trabaja de consultor en Ciudad de México y que pidió el anonimato.
"Todo el mundo quiere saber cuándo la vida volverá a la normalidad. Hay un montón de preguntas", agregó.
Colocado bajo los reflectores internacionales, el secretario de Saludo José Angel Córdova casi perdió el control de una caótica conferencia de prensa el martes cuando dio cifras confusas que mostraban un aumento de las muertes por la gripe porcina pero menos fallecimientos confirmados por expertos mundiales de salud.
México tiene alrededor de 1,300 personas en hospitales que están siendo revisados por posible gripe porcina y ha contado un total de 2,500 casos sospechosos.
Fuente : Reuters
Catherine Bemer/Reuters
Ciudad de México. 29 de abril de 2009
Los ojos del mundo están puestos en México y en un brote de mortal influenza porcina, pero (...) Felipe Calderón se ha mostrado apenas en público desde que la crisis estalló hace cinco días.
Colaboradores dicen que Calderón, un duro y mesurado conservador, está trabajando mucho detrás de los reflectores para tratar de controlar la epidemia que expertos globales temen pueda convertirse en una pandemia mortal.
El mandatario ha dejado al poco conocido secretario de Salud encarar los cuestionamientos mundiales sobre un virus que habría causado la muerte de hasta 159 personas en México y un niño en Estados Unidos, e infectado a docenas en el mundo.
Calderón, cuya oficina dice que él ha estado ocupado con actividades privadas en los últimos días, no ha sido visto en público desde el sábado, cuando dijo en un hospital en el sureño estado de Oaxaca que la influenza es curable y que México cuenta con las medicinas antivirales suficientes para tratar a los infectados.
El presidente mexicano no se ha dirigido directamente a la nación en televisión o aparecido en medios internacionales para hablar acerca de la crisis. El diario El Universal publicó una caricatura el miércoles titulada "¿Dónde está el capitán?" en la que muestra un barco hundiéndose.
"Esto se ve muy desordenado. Lo que está faltando es una muy fuerte figura de liderazgo", dijo el economista Rogelio Ramírez de la O, un consejero del ex candidato a la presidencia de la izquierda, derrotado por Calderón por un pequeño margen en las elecciones presidenciales de 2006.
Existen crecientes preocupaciones acerca de si las autoridades de salud de México han actuado con suficiente rapidez para identificar el virus de la influenza, tratar con la enfermedad, determinar sus orígenes y reunir información crucial sobre cómo se ha esparcido.
La imagen internacional de México, ya lastimada por la fuerte violencia relacionada con el narcotráfico, ha recibido un golpe y Calderón no ha salido a defender al país mientras gobiernos alrededor del mundo lanzan advertencias de no realizar viajes estrictamente esenciales al país.
Residentes en la Ciudad de México, que han tenido que modificar su ritmo normal de vida, buscan alguna guía de su Gobierno.
"Me siento deprimida. No entiendo de dónde viene el virus, del aire o de persona a persona, no sé cuanto va a durar eso y como podría aguantar la economía a una cosa tan fuerte", dijo una acongojada anciana llamada Licha, sentada en una banca de un parque y que portaba una mascarilla.
"Calderón está focalizado en el aspecto hacia adentro. Yo creo que está bien, pero me da miedo que los extranjeros ya simplemente no van a venir aquí. Nuestra imagen ya estaba mal, ahora está de la fregada (más deteriorada)", dijo su hija Nelly, quien prefirió no dar su apellido.
El lider está ausente
La crisis por la influenza representa un nuevo desafío para Calderón, que ya estaba de lleno tratando de combatir una violenta guerra contra el narcotráfico y enfrentando una desaceleración económica.
Calderón, un astuto abogado, ha logrado niveles de popularidad superiores al 60 por ciento desde que asumió a fines de 2006.
Pero sus opositores están intrigados porque Calderón no se ha mostrado activamente involucrado en el caso ni ha aparecido al lado de su ministro de Salud.
"Podemos tener el mejor talento mexicano por todos lados, pero si el líder está ausente no hay nadie para guiarlo, y hasta el mejor talento tiene que ser guiado", dijo Ramírez de la O.
Los mexicanos ponen mucha atención a las respuestas de sus líderes en grandes crisis. El terrible manejo de un terremoto en 1985 que dejó unos 10,000 muertos en la Ciudad de México es considerado ampliamente como el comienzo del fin de siete décadas de gobiernos ininterrumpidos del PRI, un partido que cayó cuando el sector de Calderón subió al poder en el 2000.
Antes del brote de influenza, se esperaba que Calderón perdiera algunas bancas en las elecciones legislativas de julio y su manejo de la crisis podría ayudar o echar tierra a su término presidencial.
Encuestadores dicen que los mexicanos tienden a formarse detrás de su presidente (sic) en una crisis, pero eso podría volvérsele en contra a Calderón si no hace las cosas bien.
Con la vida en la capital virtualmente en suspenso y la industria turística mexicana sufriendo una catarata de cancelaciones, el silencio de Calderón no ayuda mucho.
"No están haciendo un muy buen trabajo de comunicación al mundo", dijo un estadounidense que trabaja de consultor en Ciudad de México y que pidió el anonimato.
"Todo el mundo quiere saber cuándo la vida volverá a la normalidad. Hay un montón de preguntas", agregó.
Colocado bajo los reflectores internacionales, el secretario de Saludo José Angel Córdova casi perdió el control de una caótica conferencia de prensa el martes cuando dio cifras confusas que mostraban un aumento de las muertes por la gripe porcina pero menos fallecimientos confirmados por expertos mundiales de salud.
México tiene alrededor de 1,300 personas en hospitales que están siendo revisados por posible gripe porcina y ha contado un total de 2,500 casos sospechosos.
Fuente : Reuters