Drogas, hacen inepto al trabajador: CTM
El líder de la Confederación de Trabajadores de México, Joaquín Gamboa Pascoe, reconoció que el mal de la drogadicción no es ajeno entre la clase trabajadora
Sergio Javier Jiménez y Manuel Lombera
El Universal
Ciudad de México Viernes 22 de mayo de 2009
Las drogas afectan a la clase laboral del país y "hacen inepto" al trabajador, reconoció el líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Joaquín Gamboa Pascoe, quien ante el presidente Felipe Calderón reconoció que este mal afecta al sector que representa.
Al participar en la firma del Acuerdo Nacional para la Productividad Laboral, el también presidente del Congreso del Trabajo dijo que la cocaína está al alcance de trabajadores de mayor posición económica, a diferencia del "éxtasis" que se encuentra en cualquier "lugarcito".
Sin embargo, reconoció que el mal de la drogadicción no es ajeno entre la clase trabajadora y, por el contrario, es un problema "delicado":
"Desde luego, necesitamos tomar en cuenta el ir eliminando, hasta que desaparezca el problema de adicciones, que sigue siendo delicado y cada vez más complicado, porque desafortunadamente la corriente que en ese sentido se siente en todas las clases sociales, no deja de presentarse en la trabajadora, donde se encuentra que alrededor del centro de trabajo no falta el lugarcito donde puede ir a comprar, no la cocaína, que es para gente de mayor posición económica, sino el éxtasis y una serie de venenos que le hacen a él un inepto para llegar a esas funciones de la productividad".
En un largo mensaje improvisado, Gamboa Pascoe dijo que para lograr la productividad se requiere terminar con el problema de la drogadicción en los centros de trabajo, pero también se necesita adecuar cabalmente el centro de trabajo, entre otras cosas.
"Hay lugares en que tenemos maquinaria de hace más de 50 años y que se supone que el trabajador la puede hacer correr como si fuera un coche de hace 50 años a 300 kilómetros por hora. Y esos son milagros que no se podrán realizar".
Entonces, concluyó, "como ustedes ven, tiene una serie de aspectos de profundidad que necesitan ser abordados".
Fuente : El Universal
El líder de la Confederación de Trabajadores de México, Joaquín Gamboa Pascoe, reconoció que el mal de la drogadicción no es ajeno entre la clase trabajadora
Sergio Javier Jiménez y Manuel Lombera
El Universal
Ciudad de México Viernes 22 de mayo de 2009
Las drogas afectan a la clase laboral del país y "hacen inepto" al trabajador, reconoció el líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Joaquín Gamboa Pascoe, quien ante el presidente Felipe Calderón reconoció que este mal afecta al sector que representa.
Al participar en la firma del Acuerdo Nacional para la Productividad Laboral, el también presidente del Congreso del Trabajo dijo que la cocaína está al alcance de trabajadores de mayor posición económica, a diferencia del "éxtasis" que se encuentra en cualquier "lugarcito".
Sin embargo, reconoció que el mal de la drogadicción no es ajeno entre la clase trabajadora y, por el contrario, es un problema "delicado":
"Desde luego, necesitamos tomar en cuenta el ir eliminando, hasta que desaparezca el problema de adicciones, que sigue siendo delicado y cada vez más complicado, porque desafortunadamente la corriente que en ese sentido se siente en todas las clases sociales, no deja de presentarse en la trabajadora, donde se encuentra que alrededor del centro de trabajo no falta el lugarcito donde puede ir a comprar, no la cocaína, que es para gente de mayor posición económica, sino el éxtasis y una serie de venenos que le hacen a él un inepto para llegar a esas funciones de la productividad".
En un largo mensaje improvisado, Gamboa Pascoe dijo que para lograr la productividad se requiere terminar con el problema de la drogadicción en los centros de trabajo, pero también se necesita adecuar cabalmente el centro de trabajo, entre otras cosas.
"Hay lugares en que tenemos maquinaria de hace más de 50 años y que se supone que el trabajador la puede hacer correr como si fuera un coche de hace 50 años a 300 kilómetros por hora. Y esos son milagros que no se podrán realizar".
Entonces, concluyó, "como ustedes ven, tiene una serie de aspectos de profundidad que necesitan ser abordados".
Fuente : El Universal
